jueves, 10 de abril de 2014

Ella es como una mañana

Ella es como una mañana, paso varios siglos cerca de el y como les pasa a las mañanas más hermosas, pasaba inadvertida a su mirada.

Ella es como una mañana, con toda la belleza, colores, luminosa, alegre, cálida; el fijó su mirada en ella como suele pasar con las mañanas, después de haber sobrevivido la soledad y el frío de incontables noches.

Ella es como la mañana, y cuándo el habló con ella deslumbrado escuchó como florece la vida por este redondo mundo.

El  como solo de oscuridad sabía y vivía, le hablo de su pasado, de luchas infructuosa, de canciones, de luces ya lejanas.

Ella es como una mañana, y cuando el la veía a los ojos sentía que vivía otra vez, lejos de las penumbras, lejos del frío  y de la soledad, desea dejar todo y a todos, largarse con ella por el mundo compartiendo sonrisas, dándole abrazos y besos que aun no existían.

El en su lúgubre soledad, se imagina sus besos, su calor y su piel, y es que ella es como una mañana.

El más de alguna vez inventó una excusa pueril para saber de ella o mirarla, ella que advertía su cariño lo dejaba estar cerca y hablaban largos ratos.

Ella es como una  mañana y cuándo el la mira su mundo se ilumina, se llena de esperanzas, se llena de alegrías.

sábado, 5 de septiembre de 2009

RESPUESTA SENSATA A OTRA CADENA ESTUPIDA

JAJAJA este dia he plagiado la obra creativa de una amiga; buena y efectiva pa acabar con esas cadenas extensas e interminables que nos llenan de SPAM las cuentas de vuestros correos electronico.

AQUI ESTA EL MENSAJE QUE ORIGINO LA RESPUESTA

ME ACOMPAÑAS A ORAR ??

Ora aunque no tengas ganas !!! Te tomará un minuto..
Tú nunca sabes cuando Dios te bendecirá!!!
Las buenas cosas pasan cuando menos te lo esperas!!!
!!!Cambia el número arriba cuando pases este mensaje añade uno más!!!

Amado Señor, Te doy gracias por este día.
Te doy gracias porque puedo ver y escuchar esta mañana.
Estoy bendecida(o) porque tú eres un Dios de perdón y comprendes, tú has hecho tanto por mí y por otros, soy bendecida(o) porque tú sigues bendiciéndome.
Perdóname este día por todo lo malo que haya hecho, dicho o pensado que no haya sido de tu agrado.

Pido por tu perdón. Mantenme salva(o) de todo daño y peligro.

Ayúdame a empezar este día con una nueva actitud y gratitud.
Déjame hacer lo mejor de uno y cada día para aclarar mi mente, que pueda yo oírte.
Por favor, aclara mi mente que pueda yo aceptarte, no me dejes quejarme por cosas que no puedo controlar..
Y dame la mejor respuesta cuando me empujen fuera de mis límites..

Yo sé que cuando no puedo orar, tú escuchas mi corazón.
Continúa usándome para ti.
Continúa bendiciéndome para que pueda ser una bendición para otros.
Mantenme fuerte para ayudar al débil.

Mantenme en buen espíritu que pueda tener palabras de consuelo para otros.
Yo oro por esos que no pueden encontrar el camino.
Yo oro por esos que son juzgados y calumniados.
Yo oro por esos que no te conocen íntimamente.
Yo oro por esos que borrarán este mensaje sin compartirlo con otros.
Yo oro por esos que no creen.
Pero te doy gracias porque creo en ti.
Creo que Dios cambia la gente y cambia situaciones.
Yo oro por todos mis hermanos y hermanas.
Por cada uno y todas las familias.
Yo oro por paz, amor y felicidad en sus hogares, que salgan de deudas y suplas sus necesidades.
Yo oro por todo ojo que lea estas palabras sepa que no hay problema, circunstancia o situación que no exista para Dios.
Toda batalla esta en tus manos, para que la pelees.
Yo oro que estas palabras sean recibidas en el corazón de quien las lea.

Y yo oro por tu trabajo y por el mío que reine la paz y la alegría y que nos acompañe el espíritu santo .

Si oras esta oración, cambia el número de arriba y pásalo a otra gente, para que vean cuántos hemos orado, Dios te bendiga!!!

Sólo repite conmigo estas frases y verás como el Señor se mueve!!!


Señor, te amo y te necesito, llena mi corazón, por favor.


Pásalo a 20 personas excepto a mi.. No lo ignores, el Señor te bendecirá. Quiero que sepas que eres bendecido(a) por la persona que te ha enviando esto.

Bendiciones...


AQUI ESTA LA RESPUESTA =D


UNA ORACIÓN SENSATA


Yo oro para que siempre haya personas que estén dispuestas a sacrificarse por la religión y que nunca nos falten los atentados terroristas.

Oro por que nunca falten

los pastores ladrones, curas pedófilos y conventos de lesbianas

Oro también, para que nunca nos falten las ganas de coger con quien sea, como sea, de matar con morbo, de robar, de engañar, de blasfemar y olvidar que eporiste el prójimo

Oro para que el vaticano abra los ojos y se de cuenta de la necesidad de una santísima inquisición 'recargada'

Oro por la aparición de otro Mussolini, Hitler, Stalin, Bush, o por lo menos un Hernández Martínez

Oro para que una inescrupulosa transnacional de comida rápida envenene a las masas irredentas

Oro por que no falte el alcohol, cocaína, marihuana, éportasis, quetamina y sobre todo crack para el pueblo

Oro para que siempre haya en manos de los policías un galil 7.62 mm de fabricación israelí y que mi jericho 921 calibre 9mm esté lista para defenderme

Oro para que vengan más pandemias y se regule la superpoblación del mundo; también oro para que siempre se me ocurran estupideces como estas y por los resentidos.

Pero sobre todo oro por una hermosa vida bendecida con pecados...

Que mi ego nihilista los bendiga!!!

Rebeca

viernes, 4 de septiembre de 2009

Como DESALIÑAR un CUSUCO


Yo se queridos amigos y amigas ecologistas que no deberíamos hartarnos estos bolados, pero esta nota es hecha a petición de una añoranza infantil de cuando las abuelitas hacían un Cusuco en alguaiste jijiji.

Como DESALIÑAR UN CUSUCO

1. El animal de debe amarrar con una "pita" por el centro del carapacho (para que no se vaya hacer pelota), así como las patas
2. Se debe amarrar boca abajo en un palo, bien pa que no se vaya a caer
3. Se le debe cortar con cuchillo bien afilado la cabeza a altura del buche del animal
4. Una vez descabezado, debe dejarse que se desangre hasta que ya este muerto
5. Se baja de donde amarramos el cusuco, para lavarlo
6. Es necesario tener a la mano, agua hirviendo, detergente, hojas de guayabo, limón, sal y una rasuradora pa volarle los pelos.
7. Se le echa el agua caliente para que se le mueran las garrapatas y después se rasura el animal entero de la panza
8. Se le cortan las patas y a cola al animal
9. Se lava de afuera con detergente, hojas de guayabo, sal y bastante limon pa que se le vaya la chuquilla
10. Se comienza a cortar con el cuchillo al haz del carapacho hasta separarlo completo el cuerpo del carapacho con todo y carne
11. De ahí se le abre la panza por enmedio y se le van sacando las tripas con cuidado (no destripar la vilis del animal pues si se destripa toda la carne se agriara)
12. una vez ya sacadas las tripas se lava bien de adentro con agua, hojas de guayabo, limón, sal
Y ya esta listo para hacerlo en alguaiste o como queras...

Literatura consultada. Sabiduría milenaria de la abuelita

sábado, 1 de agosto de 2009

EL SASTRECILLO (PARTE 2)

DESPUES DE ESCUCHAR EL AUDIO CONTINUA AQUI....


El sastrecillo aceptó la invitación y lo siguió. Cuando llegaron a la caverna, encontraron a varios gigantes sentados junto al fuego; cada uno tenía en la mano un cordero asado y se lo estaba comiendo. El sastrecillo miró a su alrededor y pensó: «Esto es mucho más espacioso que mi taller».

El gigante le enseñó una cama y lo invitó a acostarse y dormir. La cama, sin embargo, era demasiado grande para el hombrecito; así que, en vez de acomodarse en ella, se acurrucó en un rincón.

A medianoche, creyendo el gigante que su invitado estaría profundamente dormido, se levantó y, empuñando una enorme barra de hierro, descargó un formidable golpe sobre la cama. Luego volvió a acostarse, en la certeza de que había despachado para siempre a tan impertinente saltarín. A la mañana siguiente, los gigantes, sin acordarse ya del sastrecillo, se disponían a marcharse al bosque cuando, de pronto, lo vieron venir hacia ellos tan alegre y tranquilo como de costumbre. Aquello fue más de lo que podían soportar y, creyendo que iba a matarlos a todos, salieron corriendo, cada uno por su lado.

El sastrecillo prosiguió su camino, siempre a la buena de Dios. Tras mucho caminar, llegó al jardín del palacio real y, como se sentía muy cansado, se echó a dormir sobre la hierba. Mientras dormía, se le acercaron varios cortesanos, lo examinaron de arriba a abajo y leyeron en el cinturón: «Siete de un golpe».

-¡Ah! -exclamaron-. ¿Qué hace aquí tan terrible hombre de guerra, ahora que estamos en paz? Sin duda, será algún poderoso caballero.

Y corrieron a dar la noticia al rey, diciéndole que en su opinión sería un hombre extremadamente valioso en caso de guerra y que, en modo alguno, debía perder la oportunidad de ponerlo a su servicio. Al rey le complació el consejo y envió a uno de sus nobles para que le hiciese una oferta tan pronto despertara. El emisario permaneció junto al durmiente y, cuando vio que abría los ojos y despertaba, le comunicó la propuesta del rey.

-Precisamente por eso he venido aquí -respondió el sastrecillo-. Estoy dispuesto a servir al rey.

Así que lo recibieron con todos los honores y le prepararon una residencia especial para él.

Pero los soldados del rey estaban molestos con él y deseaban verlo a mil leguas de distancia.

-¿Qué ocurrirá? -comentaban entre sí-. Si nos peleamos con él y nos ataca, a cada golpe derribará a siete. Eso no lo resistiremos.

Tomaron, pues, la decisión de presentarse al rey y pedirle que los licenciase del ejército.

-No estamos preparados -le dijeron- para estar al lado de un hombre capaz de matar a siete de un golpe.

El rey se disgustó mucho cuando vio que por culpa de uno iba a perder a todos sus fieles servidores. Se lamentaba de haber visto al sastrecillo y, gustosamente, se habría desembarazado de él; pero no se atrevía a hacerlo, por miedo a que lo matara junto a todos los suyos y luego ocupase el trono. Estuvo pensándolo largamente hasta que, por fin, encontró una solución. Mandó decir al sastrecillo que, siendo tan poderoso guerrero, tenía una propuesta que hacerle: en un bosque del reino vivían dos gigantes que causaban enormes daños con sus robos, asesinatos, incendios y otras atrocidades; nadie podía acercárseles sin correr peligro de muerte. Si él lograba vencer y exterminar a estos dos gigantes, recibiría la mano de su hija y la mitad del reino como dote nupcial; además, cien jinetes lo acompañarían y le prestarían su ayuda.

«¡No está mal para un hombre como tú!» -se dijo el sastrecillo-. «Que a uno le ofrezcan una bella princesa y la mitad de un reino es cosa que no sucede todos los días».

-Claro que acepto -respondió-. Acabaré muy pronto con los dos gigantes. Y no necesito a los cien jinetes. El que derriba a siete de un solo golpe no tiene por qué asustarse con dos.

Así, pues, el sastrecillo se puso en marcha, seguido por los cien jinetes. Al llegar al lindero del bosque, dijo a sus acompañantes:

-Esperen aquí. Yo solo acabaré con los gigantes.

Y de un salto se internó en el bosque, donde empezó a buscar por todas partes. Al cabo de un rato descubrió a los dos gigantes: estaban durmiendo al pie de un árbol y roncaban tan fuerte, que las ramas se balanceaban arriba y abajo. El sastrecillo, ni corto ni perezoso, se llenó los bolsillos de piedras y trepó al árbol. Antes de llegar a la copa se deslizó por una rama hasta situarse justo encima de los durmientes; entonces fue tirando a uno de los gigantes una piedra tras otra, apuntándole al pecho. El gigante, al principio, no sintió nada, pero finalmente reaccionó dando un empujón a su compañero y diciéndole:

-¿Por qué me pegas?

-Estás soñando -dijo el otro-; yo no te estoy pegando.

De nuevo se volvieron a dormir y, entonces, el sastrecillo le tiró una piedra al otro.

-¿Qué significa esto? -gruñó el gigante-. ¿Por qué me tiras piedras?

-No te he tirado ninguna piedra -refunfuñó el primero.

Aún estuvieron discutiedo un buen rato; pero como los dos estaban cansados, dejaron las cosas como estaban y volvieron a cerrar los ojos. El sastrecillo siguió con su peligroso juego. Esta vez, eligiendo la piedra más grande, se la tiró con toda su fuerza al primer gigante, dándole en todo el pecho.

-¡Esto ya es demasiado! -gritó furioso el gigante. Y saltando como un loco, arremetió contra su compañero y lo empujó con tal fuerza contra el árbol, que lo hizo temblar. El otro le pagó con la misma moneda, y los dos se enfurecieron tanto que arrancaron de cuajo dos árboles enteros y estuvieron golpeándose con ellos hasta que ambos cayeron muertos al mismo tiempo. Entonces bajó del árbol el sastrecillo.

-Es una suerte que no hayan arrancado el árbol en que me encontraba -se dijo-, pues habría tenido que saltar a otro como una ardilla; menos mal que soy ágil.

Y, desenvainando la espada, asestó unos buenos tajos a cada uno en el pecho. Enseguida se fue a ver a los jinetes y les dijo:

-Se acabaron los gigantes, aunque debo reconocer que ha sido un trabajo verdaderamente duro: desesperados, se pusieron a arrancar árboles para defenderse; pero, cuando se tiene enfrente a alguien como yo, que mata a siete de un golpe, no hay nada que valga.

-¿Y no estás herido? -preguntaron los jinetes.

-No piensen tal cosa -dijo el sastrecillo-; no me tocaron ni un pelo.

Los jinetes no podían creerlo. Se internaron con él en el bosque y allí encontraron a los dos gigantes flotando en su propia sangre y, a su alrededor, los árboles arrancados de cuajo.

El sastrecillo se presentó al rey para exigirle la recompensa ofrecida; pero el rey se hizo el remolón y maquinó otra manera de deshacerse del héroe......


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